18 balletudeces que aprendí en el 2018
¡Finalmente llegamos al 2019!
El último año ha estado lleno de felicidad, alegría, llanto, crecimiento y por supuesto, mucho ballet. En el 2018, me uní a mi primera compañía de ballet, y esta experiencia me hizo crecer tanto como bailarina, como persona. Estas son 18 cositas relacionadas al ballet, o “balletudeces” que aprendí este año.
1. El ballet lo puede ser todo, pero no necesariamente
El ballet es un arte hermoso, que encarna al desarrollo personal, la fuerza, la resistencia, la interpretación y la musicalidad del movimiento. Es tan bello y demandante que puede consumir nuestras vidas. Sin embargo, cuando trabajé con bailarinas profesionales de otro país, fuera de la situación que el ballet vive en Costa Rica, me di cuenta que aunque el ballet es un trabajo laborioso, no necesariamente debe de drenarnos la vida y separarnos de vivir cómo queremos y hacer lo que deseamos.Los bailarines de ballet tenemos otras pasiones y hobbies, como cualquier ser humano. He pasado años consumida en mejorar y concentrándome en mi desempeño académico y balletudo, que se me olvida a veces ese aspecto tan importante. Tal vez parezca ridículamente obvio, pero la vida es más que el ballet. Éste es solo una profesión, y sí, puede volverse un propósito en la vida, pero un bailarín es más que su rango en una compañía o sus habilidades. Otros aspectos de sus personalidades son cruciales para su oficio: para desarrollar un personaje en el escenario, para mantenernos inspirados, para crecer como artistas…
2. No todos han encontrado sus pasiones, y está bien.
El ballet es mi pasión. Yo como, bebo, bailo, duermo y consumo ballet. Incluso, hasta creé este blog acerca del tema. Así que, me es difícil entender cuando alguien me dice que no han encontrado algo así en su vida. Aunque yo sí creo que todos tienen pasiones ocultas en algún rincón de su mente, a muchos les asusta aceptarlas, las han reprimido subconscientemente o simplemente no tienen las ganas para explorarlas. Y todo eso, pues, está bien. Yo puedo ayudarlos a explorar sus pasiones escondidas, pero tampoco es mi trabajo. Es su elección, y yo no debería de interrumpir su proceso de descubrimiento propio.
3. El maquillaje es divertido
Si me hubieran dicho hace un año que yo me iba a hacer mi propio maquillaje para una presentación, me habría reído. Bastante. El maquillaje siempre me pareció imposible e intimidante; en general, lo evitaba como si fuera la plaga. Pero, en estos últimos meses, decidí enfrentarme a mi miedo y retarme a aprender algunos “tips” y trucos de mis colegas. Descubrí que hasta es bonito y divertido. Yo pinto, no sé por qué no pensaba que hacerlo encima mío no sería aún más interesante.
4. Aprender siempre es beneficioso.
Mientras que trabajaba estos últimos meses, también tomé unos cursos de diseño gráfico. El conocimiento que acumulé me ayudó a finalmente terminar de crear este sitio web y empezar el blog Andrea’s Promenade. También he empezado a tomar mi fotografía más seriamente, y esta nueva experiencia con el manejo de la luz y la expresión humana me ha sido bastante útil en la interpretación de personajes en escena.
5. Todo el mundo tiene prioridades diferentes
Si quiero hacer que el ballet sea mi carrera, eso no significa que las personas alrededor mío también lo quieran tanto como yo. O de la misma manera. Depende de mí dejarlos influenciarme o continuar tratando de mejorar.
6. Quiero más conocimiento y encontraré una manera de conseguirlo.
Quiero aprender más del ballet. Todo lo que pueda. Encontraré libros y maestros que me lo puedan dar.
7. Sin importar el volumen nuestro pelo, se puede lograr un moño decente.
Ésta es un poco tonto, lo sé. Pero tengo mucho pelo. Y tras de todo, es grueso. Usualmente hago clase con un moño gigante en mi cabeza. Pero, si uno tuerce a las tiras de cabello alrededor del moño, expandiendo la circumferencia (hacia afuera no hacia arriba), consigue un moño más plano. O uno se puede contar el pelo. Eso también funciona. Al final hice eso también.
8. Las relaciones interpersonales se construyen, no suceden de la nada.
Conocí a gente maravillosa y tuvimos que vivir varias presentaciones juntos para construir relaciones. A través de lass dificultades que surgieron supimos que podíamos confiar en los otros. No nos despertamos un día con las ganas de tener conversaciones tras bambalinas acerca de política y desordenes alimenticios. Esas relaciones tomaron tiempo y esfuerzo, y espero que se mantengan fuertes por bastante tiempo.
9. Estirar, estirar, estirar
Antes y después de estrenar. Solo háganlo. Es un poco tedioso, pero se puede volver un hábito muy bueno. Me agradecerán después.
10. Las puntas Gaynor Minden son increíbles
No se tienen que “gastar” o “quebrar” para usarlas. Parece imposible. Le dan soporte a mi arco del pie, mientras que me ayudan a mostrar mi línea mejor. Me encantaron (#notspon #iwish #sponsormegaynorminden).
11. El dinero cuesta ganarlo.
Ok, duh. Obvio. Pero, lo tenía que incluir por que este año tuve mi primer trabajo. Yo siempre he sabido que el dinero no viene de manera sencilla, pero es alucinante qué tan fácil se puede desvanecer en gastos diarios si no somos suficientemente cuidadosos.
12. Siempre hay una manera de unir a las pasiones.
Encontré una manera de unir mi amor por las artes visuales y el ballet en un proyecto: este blog. Espero que disfruten de ambas partes creativas juntas.
13. Está bien cometer errores.
Aprendemos y crecemos de nuestros errores. Cliché, pero cierto. Si nos equivocamos de pies en una combinación, se nos olvida un poco de coreografía o nos equivocamos de vestuario en una presentación, siempre aprendemos algo nuevo. La próxima vez, haremos la combinación correctamente, nos acordaremos de cada detalle coreográfico que olvidamos durante el ensayo y nos pondremos el vestuario de manera correcta. Lo que se hizo, está hecho. Somos humanos; cometemos errores, y está bien. Lo importante es aprender de ellos.
14. Nos debemos de defender a nosotros mismos.
Algunas veces la gente no se da cuenta que lo lastiman a uno o que están siendo injustos. Todos estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo. Así que, debemos de informarles si no estamos conformes o queremos que nos traten mejor. Hay que darles una oportunidad de arreglar el daño que ocasionaron o el error que cometieron. Muchas veces, con gusto te van a ayudar.
15. Mi camino en la vida es mi decisión.
Aunque haya gente que me quiera ayudar, yo tomo cada una de las decisiones en mi vida. Yo decico qué hacer para lograr (o no) mis metas. Puedo elegir descansar entre ensayos cuando no lo necesito o puedo aprovechar ese tiempo para estirar y practicar más para mejorar. Yo elijo cómo utilizo mi tiempo.
16. Nos encontramos con gente maravillosa en todos lados.
Siempre estamos rodeados de gente que coparte nuestras pasiones, nuestros pensamientos y nuestras ideas; pero también deberíamos de valorar nuestros encuentros con gente con la que no estamos de acuerdo o con la que no nos llevamos 100% bien. Aprendemos mucho de estas personas. La vida nos obliga a encontrarnos en la vida del otro, para poder enseñarnos algo mutuamente.
17. Las oportunidades son aquello que las volvemos.
De nuevo, todo es mi propia decisión. Las oportunidades vienen y se van. Depende de cada uno de nosotros reconocerlas, escogerlas y vivir con los resultados de estas decisiones. Incluso si nos arrepentimos, se pueden volver valiosas y agradables. La culpa, aunque sea inevitable, suele ser pasajera. Y con el tiempo nos damos cuenta de lo que cada decisión nos enseña.
18. Siempre estará el próximo año
El 2019 está llena de oportunidades para crecer como bailarina, artista y persona. No puedo esperar para explorar más del mundo del ballet, aprender de mis experiencias y escribir más para compartir mi conocimiento y curiosidad hacia la belleza del ballet.
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¡Espero que tengan un año bueno, lindo y exitoso!
¡Ojalá este lleno de muchas más balletudeces y lecciones de vida!
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Con pasión y cariño,
Andrea